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Viva la Patria Argentina

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Por Oscar Delgado / INÉDITO / La presente nota rescata fragmentos del “Prólogo” y cartas extraídos del libro del autor La guerra que yo viví, aún inédito.
INÉDITO / La presente nota rescata fragmentos del “Prólogo” y cartas extraídos del libro del autor La guerra que yo viví, aún inédito.

Por Oscar Delgado
Autor de cuentos para niños y adultos. Recibió, entre otras distinciones, el Premio a la Producción Artística de la Universidad Nacional de La Plata (1990), el Premio “Iniciación” en Literatura para niños y jóvenes de la Sociedad Argentina de Escritores (1992), el Premio de Literatura Infanto-Juvenil del Certamen Internacional Juan Rulfo (Francia, 2000) y el Premio de Narrativa Boris Spivacow (2003).

Fotos: Sebastián Miquel

"He comenzado poniendo sobre la mesa, una vez más, los objetos materiales en los que ancla el recuerdo de esos tiempos amargos. La citación a la revisación médica, fechada en octubre de 1981. El rosario que llevé al cuello, hecho de cuentas que parecen granos de café. Un imán con la imagen de una santa cuyo nombre ignoro. Tres ‘pasaportes de salida’, sellados al dorso por una comisaría de La Plata. Un boleto de tren Constitución-Río Colorado. Dos sobres estampados con la figura de Sarah Kay que guardan dibujos infantiles. Un collage de varias hojas abrochadas en rudimentaria carpeta que también podría parecer obra de niños, si no fuera por las bocas pulposas que el labial rojo imprimió como besos de papel. Tarjetas postales con motivos mejicanos. La fotografía de un grupo de soldados vestidos de fajina, entre los que asoma, irreconocible aun para mí mismo, ese muchachito que alguna vez fui. Una pila de sobres sucios y pisoteados con las cartas recibidas, y otra, prolijamente sujeta por una banda elástica, con algunas de las que yo mismo escribí. De no ser porque colección tan variopinta desafía mi incredulidad, treinta y cinco años después diría que todo fue un mal sueño.”

Así se inicia el libro que intenté escribir por primera vez cuando estaban por cumplirse los primeros diez años tras la guerra de Malvinas, en la que me tocó participar como soldado “voluntario” movilizado al Teatro de Operaciones Sur con un regimiento radicado en la provincia de Buenos Aires. Junto a los recuerdos contradictorios de ese tiempo difícil (que también los hay buenos y hasta divertidos aun en los momentos adversos), había quedado un conjunto de cartas para mí entrañables, escritas desde la angustia familiar o desde la solidaridad de los muy cercanos u otros apenas conocidos igualmente sensibilizados por los acontecimientos en desarrollo. Desde aquel día de 1991 en que volví a leerlas, supongo que por pura curiosidad, se instaló la idea de trabajar con ellas, expresivas como son del amplio espectro de sentimientos, actitudes y perspectivas que aquello despertó en un grupo de personas no públicas de las más variadas edades, procedencias y formación, en algunos casos sin otra vinculación entre sí que aquel soldado en que me convertí y al que, mientras seguían su rutina cotidiana, trataban de confortar a la distancia (afecto empapelado, lo describió con certeza una de las remitentes).



Si en un principio mis veleidades de literato me tentaron a imaginar una novela, el resultado nunca me convenció. Además de las dificultades propias de la escritura, dos cuestiones obligaron a la renuncia. La primera, que los abundantes testimonios brindados por quienes combatieron en las islas constituían una referencia difícilmente evitable, por lo que las sucesivas versiones abrevaron en ellos sin alcanzar nunca más que un pobre remedo del dramatismo y aun de la calidad literaria de los originales (pienso, por ejemplo, en la descripción estremecedora de la oscuridad reinante que recoge Partes de guerra, de Graciela Speranza y Fernando Cittadini). La segunda, que la incorporación de las cartas a un universo ficcionalizado diluía el valor testimonial en que radica su mayor riqueza. Por eso preferí, finalmente, centrarme sólo en ellas para reconstruir el relato de lo que verdaderamente me tocó vivir, precediéndolas con los comunicados de la Junta Militar y el Estado Mayor Conjunto que las contextualizan en la progresión de la guerra y permiten significar mejor lo que en ellas se dice (o se omite). Intercaladas van algunas notas breves que integraban la protonovela que nunca fue y decidí conservar pues rescatan anécdotas o percepciones no registradas en el material epistolar. Las cartas recibidas se transcriben en su versión original, apenas expurgadas de alguna que otra línea que juzgué íntimas de quienes las escribieron, pudor que me llevó también a reemplazar los nombres de terceras personas mencionadas. De modo similar me he manejado con las que yo mismo escribí y logré recuperar, cuyas pocas modificaciones apuntaron más bien a evitar reiteraciones o a incorporar detalles de la cotidianidad militar que no figuraban en los textos primeros, por lo general urgidos de brevedad. En cualquier caso, he cuidado que estas intervenciones no alteren su sentido ni, mucho menos, enmascaren o atenúen las flaquezas y debilidades que aquellas circunstancias hicieron aflorar en mí. Todo lo contrario. Privado de las licencias que la ficción me hubiera permitido, el sesgo testimonial me ha comprometido a un ejercicio de sinceridad del que, me temo, no saldré siempre airoso.

Entre todas destacan sobremanera aquellas que recibí de mis sobrinos Emiliano y Juliana, por entonces de once y nueve años, y los dibujos de la pequeña Mariana que, con apenas cinco, estrenaba además sus primeras letras graciosamente invertidas. Con el paso del tiempo fueron convirtiéndose en las más significativas, trascendiendo el valor afectivo que evidentemente tienen, por constituir testimonio menos habitual en el universo de otros muchos que fuimos conociendo en las décadas posteriores. El modo brutal en que el trasfondo de la guerra fue infiltrando aquel mundo inicialmente poblado de anécdotas y relatos de pura ingenuidad –y por momentos cuasi hilarantes– todavía sobrecoge.

Las primeras llegaron apenas producida mi incorporación al Servicio Militar Obligatorio, el 10 de marzo de 1982, sumándome a la Clase 1963. Tenía veintiséis años, pues había demorado el compromiso solicitando prórrogas sucesivas para completar mis estudios de arquitectura. Ese mismo día, contrariando la costumbre que como profesional me hubiera asegurado la permanencia en La Plata, fui destinado a una guarnición del interior provincial. Al atardecer, me subieron a un tren rumbo a Plaza Constitución y luego a otro con destino a la ciudad de Azul, donde llegué a la madrugada: los años transcurridos no han siquiera difuminado la imagen de esa avenida desierta y silenciosa que recorrió la caravana de unimogs en que nos transportaron al cuartel, el “prende y apaga” del cartel de neón rojo con forma de pollo que pendía sobre una rotisería, el desembarco en esa Plaza de Armas inhóspita y enorme en la que estuvimos horas sentados en el suelo muertos de frío, la gratitud por el jarro de mate cocido que nos sirvieron, el sentimiento de soledad y desamparo que estrené cuando nos pusieron a dormir en la cuadra penumbrosa bajo la “luz de noche”.

17 de marzo

QUERIDO TÍO:
En estas pocas líneas te cuento que te extrañamos mucho. Juliana y yo corremos el sábado en ESTANCIA CHICA y el domingo en el club.
Esperamos que los 40 días de entrenamiento pasen muy pronto.
Te pido que en los días que no nos vemos escribas mucho.
Después del campeonato de natación te voyy a escribir otra carta o sea el lunes.
La abuela un día de estos va a ir a verte.
Estamos muy aburridos Juliana, MARIANA y yo. porque no estás vos.
TE escribo desde el negoci. Si XXXX entendes algo de la carta perdoname pero no se escribir bien a máquina.
TE MANDAMOS MUCHOS BESOS TODOS Y LA TIA ADELFA QUE LLEGÓ AYER.
BESOS EMILIANO

Querido tío:
Quiero decirte que en realidad te estraño y quiero verte. Quiero que en una carta me cuentes en donde estás, que te hacen hacer y todo lo que pasa. Al día siguiente de que vos te fuiste llegó la Tía Delfa. Hoy viernes 12 empesamos inglés quiza si aprendo a escribir en inglés te escribo lo que sepa (no la carta en ingles sino para que veas). Después voy a escribirte como sali en las carreras y lo que pasa en la escuela. El viernes fui a natación pero no hice los 10 de crol porque el agua estaba podrida, había sapos y tenía olor a pis. Tio el sábado fuimos a correr a estancia chica, Como vos me esplicaste en mi carrera había 5 series y en condo corri yo salí 2- pero entre todas las series no gane. En la carrera del domingo, yo me anote en Crol, pecho y en una posta. Cuando corri en pecho sali tercera en mi carrera pero en todas las series quinta con un tiempo de 28 segundos 3 décimas. Cuando corri Crol en mi carrera sali 1 y entre todas las series quinta con un tiempo de 20 segundos. Tio me imaguino que sabras qué es una posta. La primer chica de mi grupo fue muy lenta por eso fue que perdimos, la chica del otro grupo que corria con migo era más rápida que yo se tiro ella y al rato yo la alcance pero igual nos ganaron y salimos segundas.
Un beso muy grande de Juliana. Te quiero.

21 de marzo

Querido Tío:
Es la segunda carta pero ya vas a recibir más. En esta carta te voy a escribir la primer lectura de el libro de ingles: Se llama Bach to School. Kate dice: hallo! Are you new? y Chris responde. Yes, iam. Kate pregunta What’s your name? y Chris contesta. Christopher bat everybody calls me Chris. Y Kate dice Hallo, Chris. I’m Kate Green. Kate dice: Whose class are youin? y Chris responde. idon’t know.it’s class three. y Kate dice. i’m in class three too. it’s Mrs. Fisher’s class. That’s our classroom over there. Come on. Kate dice. Mrs. Fisher’s, this is Chris. He’s new today. Chris, this is Mrs. Fisher’s. She’s our teacher. How doyou do, Mrs Fisher. How do you do, Chris. Now where’s your form? Ah, here it is. First name: Christopher. Surname: Marsden. Age:10 years. Address: 16 Bridge Street. is that right? Yes, Mrs Fisher. that’s right. ¿te gusta? Bueno no escribo más porque me cansé pero en otra carta te lo sigo.
Te embio un beso muy grande.
te quiere Juliana. ¡Chau!

24 de marzo

Querido tío:
En estas pocas líneas te cuento que en el campeonato de natación en mi carrera salí primero, pero en los resultados generales segundo con un tiempo de 17 segundos 54 décimas, gané una medalla dorada. En la escuela me dieron 4 maestras, una de cada materia. Perdoname que tarde tanto en escribirte las cartas pero me dan muchos deberes. Hoy recibimos carta tulla, te estraniamos mucho todos y sobre todo nosotros 3. Estamos todo el día pensando en vos. Espero que te valla bien en la instrucción. No te preocupes que falta menos de un mes para que vuelvas con nosotros.
Un veso de parte de todos y sobretodo de nosotros 3.
Te quiero muchooooo. Tiito mío.
Emi.


Trasladados a un campo vecino para realizar la instrucción, el conflicto iniciado el 2 de abril obligó a suspenderla pocos días después. Vi el desembarco en las islas por televisión, internado en la unidad sanitaria del Regimiento a causa de un estreñimiento agudo ocasionado por el brusco cambio de alimentación y de costumbres. De inmediato circularon los rumores de que nos darían franco para la Semana Santa y reincorporarían a la Clase 1962. Ambos se cumplieron. Al regresar en la madrugada posterior al Domingo de Pascua, nos encontramos con los soldados “viejos” y la noticia de que seríamos licenciados mientras durara la guerra. Excitados, egoístas y felices, devolvimos los equipos que nos habían asignado y recuperamos nuestras ropas civiles. Sin embargo, cuando ya estábamos formados prontos a regresar a nuestras casas, algunos reclutas fuimos retenidos para ser adiestrados en el manejo del cañón antitanque de 105 mm, dado que en la clase anterior no había soldados instruidos al efecto. Permanecí acuartelado hasta el día 3 de mayo.


20 de abril

Querido tío:
En estas pocas líneas te cuento muchas cosas.
Hace mucho tiempo que no te veo y no tengo quien me haga reir.
Estamos todos muy tristes porque te van a mandar a Puerto Quequén.
Tardo mucho en escribirte porque en la escuela me dan muchos deberes.
La abuela está todo el día pensando en lo que va a pasar; quiere saber pero no mira los noticieros.
En estos días me tomaron prueba te mando los resultados.

MATE. 7,9
CIENCIAS 8.00

Estoy muy triste porque el domingo no te pude ir a ver. A lo mejor la carta está muy desprolija porque te escribo de el negocio. Lito te manda saludos.
besos de todos
y en especial de nosotros tres
Emiliano.


Movilizado entonces al Teatro de Operaciones Sur, estuve en un campamento de Vialidad Nacional a orillas del río Colorado sin tener nunca en claro cuál sería mi futuro, ya que por un lado se decía que estábamos allí como tropa de reserva y por el otro, que finalmente nos llevarían a las islas. Cuando todo parecía dar certidumbre a lo primero, la mañana siguiente a una tormenta feroz que inundó buena parte de las carpas descubrimos la ausencia de tres soldados y dos suboficiales que formaban una unidad de misiles antiaéreos, de quienes se nos dijo habían sido transferidos a Río Gallegos. Desde entonces viví con la constante presión de ese eventual destino hasta que todo terminó el 14 de junio, luego de lo cual permanecí en Río Negro por una o dos semanas más.


11 de mayo

Querido tío:
En esta carta te cuento que estamos todo el día pensando en vos.
El otro día vimos el programa “las 24 horas de las malvinas” que duró desde las 8.30 del sábado hasta el domingo a las 8.30.
Estamos todos muy tristes.
En la escuela estamos muy bien, a lo mejor mañana me dan el boletín y te voy a mandar las notas.
Estamos bien.
Reso todas las noches por vos y todos tus compañeros, el dentista, por el compañero que te prestó la casa cuando fueron mamá y papá, también por todos los que defienden nuestras islas.
Te quiero muchooooooooo.
besos Emi, mari y Juli
Emiliano

Querido tío:
Estoy muy contenta porque se que estas bien. Pero no estoy contenta porque estás muy lejos. Quiero que me escribas diciendome que estas bien y donde estas. Quiero decirte que estoy triste porque estas muy lejos que antes. En la escuela me va muy bien, mejor que antes, en casa estamos muy vien. Quiero decirte que te extraño mucho y te quiero mucho. En la escuela de estetica también me va muy bien. En la escuela hice un terrario con caracoles, lombrices, ciempies, vichos bolita, plantas etc. Pero no se como te va a vos alla pero espero que te valla bien. En ingles me va bien y aprendo cada vez más. Estos dias me dan muchos deberes (en la escuela). Para el cumpleaños de la abuela pocha le regalé un aero con la plata de los ratones porque se me salió un colmillo en la escuela de estetica.
Bueno, la carta es corta porque no tengo que decir.
te quiere Juliana. Chau.


16 de mayo

Querido Tío:
Estoy muy triste. Todos los días que llueven pienso que estás en una carpita, te morís de frío y yo estoy en mi casa calentito y vos no.
Mañana, lunes, me tendrían que entregar el voletín y estoy muy nervioso.
Estamos todos pensando en vos. Tenemos mucho miedo cuando dan las noticias.
Espero que vuelvas pronto.
Besos de un sobrino que te quiere muchoooooooo.
Besos
Emiliano

La señora del kiosco te manda muchos besos, igual que Miguel.


29 de mayo

Querido “tío” (Soldado)
Hoy te mando muchos besos y cariños en tu día.
Recibí tu carta el día viernes, día de mi cumpleaños.
Estoy muy triste porque no estuviste en mi cumpleaños, pero por otro lado contento porque sé que mi Tío soldado me va a defender.
En la escuela me va bien.
Estoy todo los días inclusive los de lluvia que yo estoy calentito en la estufa y vos te morís de frío en una carpita de porquería.
Te doy mucho valor para que a la vieja borracha (Thatcher) rayada le des una buena lección.
Besos de un sobrino que te quiere muchoooooooooooooooo.

Emiliano

Y a la vieja reventala.
Besos al mejor soldado que existe en el mundo...
mi tío Oscar
Te voy a decir una cosa que nunca te pude decir mientras estuvimos juntos...
Te quiero
Emiliano


Querido Soldado: (tio)
Te mando un beso grande en tu día. Ayer recibí tu carta y me puse muy contenta. En casa estamos bien, y no veo la hora de poder sonreir todos juntos otra vez. Quiero decirte que tus cartas son muy lindas y emocionantes. No quiero que te preocupes porque no te van a llamar. También estoy contenta porque no manejás más el cañón. te voy a escribir una canción que cantan los chicos:

Thatcher vieja podrida
este invierno te quedas sin las malvinas
hoy escuché cuando papá
decía que tu flota ya no aguanta más.
Thatcher no me estrañes mucho
nunca vas a regresar
Cuida todos los ingleses
porque los vamos a reventar

Quiero repetirte que no hay nada mejor para un soldado que defender nuestra soberanía. Bueno tengo que dejarte pero te quiero mucho y nunca te voy a olvidar.
te quiere, Juliana

Un beso grande para el mejor Soldado y tío del mundo.
Chauuuuuu...


31 de mayo

Querido “tío” (Soldadito)
En estas pocas líneas te cuento muchas cosas.
Estoy muy triste porque no te veo, quiero estar junto a vos.
La semana que viene creo que me entregan el voletín y te mandaré las notas.
Hoy me tomaron dos pruebas, una de matemática y otra de ciencias naturales.
Espero que vuelvas pronto.
Estoy contento porque sos un gran soldado y me defendés para que sea libre y soberano mi país.
Hoy fue un señor al negocio a comprar envases porque se iva de pesca a Río Negro y la abuela le dijo: ¿Me lleva? porque allí está mi hijo haciendo el servicio militar, el señor le contestó:
-No. Y la abuela le dijo si no te llevaba una encomienda y le dijo que sí.
La abuela Rarra me regaló diez millones de pesos por el cumpleaños y le voy a decir a la abuela que te compre golosinas de mi parte y después se las pago.
Papá me regaló botines.
Mamá y las chicas un pull-over.
La abuela “pocha” me regaló zapatillas y la abuela “leonor” tres millones. Mariana me regaló por su parte un chocolate.
Un día de estos espero que nos volvamos a ver. Besos grandotes de todos.
Tu sobrino que te quiere mucho. Emiliano


4 de junio

Querido Tío (soldado)
En estas pocas líneas te cuento muchas.
Hoy me entregaron el voletin, las notas

mate 5
ciencias 6
Lengua 7
Estudios 7
espero levantar

Te escribo con mucho apuro porque la abuela se está por ir a verte.
Si está desprolijo perdoname.
Todas las noches rezo el rosario por vos y por los soldados que nos defienden.
Te manda saludos la abuela Leonor.
Te deseo mucha suerte y cariños te mando.
Para cuando vengas estamos preparando una gran fiesta, la más grande del mundo.
Te espero para cuando llegues, para ir a pasear y disfrutar la gran vida que diós nos dio.
Suerte.
Te quiero.
Te añoro.
Te estraño.
Y espero verte pronto
Saludos y besos grandotes de Emi, Juli y nani.

Si bien durante todo este período se nos dijo en repetidas ocasiones que nuestro grupo sería “premiado” con la baja al volver al Regimiento, tras la postergada jura de la bandera que por fin realizamos el día 9 de julio, aquella se otorgó sólo a quienes no habían recurrido a solicitudes de prórroga y, adicionalmente, al grueso de la Clase 1963 que había permanecido en sus hogares durante el conflicto. Acompañado por los otros soldados profesionales, debí permanecer allí todo el resto del año militar. Volví definitivamente a casa el día 10 de marzo de 1983.


20 de junio

Querido Oscar (soldado)
Hoy es el día del “Padre” y le escribí una cartita a papá y espero alguno de los días del padre escribirte una a vos.
Hace un rato llegó el chico al que le diste la carta, y dijo que pronto bendrás y así lo espero.
Seguro que vas a estar para el cumple de “nani”.
Hoy no fuimos a verte porque nos dijeron que jurabas la bandera el 9 de Julio.
Cuando vuelvas disfrutaremos la vida como se debe.
Estubimos muy nerviosos en los días de guerra y la abuela era de lo único que hablaba. Pero ahora nada más va a pasar.
En la escuela me va muy bien.
Besos grandes de todos y uno gigante mío.
Emiliano.


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